"La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político, sino de nuestro empuje", afirma la profesora Nunzia Auletta, Directora del Centro de Emprendedores de IESA en este artículo publicado en el Mundo Economía y Negocios
Las dificultades del entorno pueden convertirse en el mejor
semillero de ideas para emprendimientos innovadores.
En una reciente cena con un grupo de gerentes
participantes en el Programa Avanzado de
Gerencia del IESA en Valencia, aprovechando el tiempo libre que un inoportuno
apagón nos brindó, surgió como suele sucederme el tema del emprendimiento.
Algunos comentaron que acariciaban desde hace tiempo el sueño de montar un
negocio, reseñando que tenían muchas ideas, pero que no sabían si eran
interesantes, factibles o particularmente innovadoras.
Sobre el tema de la innovación, les comenté que una de las
cosas que más nos preocupaba de los resultados del estudio del GEM (Monitor
Global del Emprendimiento) que realizamos cada dos años, es que sólo el 25% de
los nuevos empredimientos venezolanos están basados en un producto novedoso,
que no esté siendo ofrecido por competidores, o en una tecnología con menos de
5 años de utilización. Igualmente, los sectores de emprendimiento siguen siendo
muy tradicionales, con frecuencia de poco valor agregado de autoempleo,
registrándose en el 80% de los casos iniciativas de comercio, con
preponderancia de alimentos, comida, ropa y calzado.
Sin duda innovar implica un mayor riesgo, pero al mismo
tiempo un mayor potencial de retorno en caso de éxito. Innovar en nuestro país
nos es imposible, pero pasa por observar y reconocer las necesidades
insatisfechas y las limitaciones, no solo del mercado nacional sino del
regional, sin excluir a priori iniciativas que puedan considerarse de clase
mundial y por lo tanto inalcanzables.
Debemos desechar el sesgo negativo que un entorno
particularmente complejo puede generarnos, dejándonos con frecuencia con una
visión limitada de nuestro potencial. Países con entornos conflictivos o
socialmente complejos como Israel y Etiopía han dado cabida a emprendimientos
de elevada innovación, como es el caso del carro eléctrico y sus sistema de
estaciones del emprendedor Shai Agassi , o del kioskoalimentado por la energía solar que está siendo probado en comunidades que no
disponen de servicio eléctrico en el país africano.
Para quienes se escudan en la dificultad de obtener fondos
para emprender, puede resultar interesante conocer una de las más exitosas
experiencias de crowdfunding (fondeo
de masa) de la región que está permitiendo la construcción del rascacielos más
alto de Bogotá.
Para aquellos que deseen comparar sus ideas con muchas otras
de clase mundial, les invito a que visiten www.ideas4all.com
, el sitio de innovación abierta fundsdo por un grupo de emprendedoras venezolanas en España, donde es posible abrir
retos de innovación o responder a las solicitudes existentes, pudiendo así
rebotar con expertos, usuarios y potenciales clientes en red, la bondad de sus
ideas.
Otro espacio de semillero es www.springwise.com, donde es posible tener
acceso a una base de datos de ideas clasificada por sectores en los que llaman
particularmente la atención el de ecosostenibilidad, el de salud y bienestar, o
de instrumentos para facilitar la vida. En estas listas se podrán encontrar
ideas ya implementadas tan innovadoras como aplicaciones para hibernar aparatos
eléctricos en busca del ahorro energético, un sistema de monitoreo de salud del
ganado vía mensajes de texto, o una red social que informa sobre precios y
ubicación de servicios de salud en la comunidad.
La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político,
sino de nuestro empuje por cruzar fronteras, superar pre-conceptos y abrir
redes de consulta y colaboración.
Fuente: http://www.gerenciayliderazgoresponsable.blogspot.com/
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